La belleza de un legado.

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martes, 31 de agosto de 2010

Un día inolvidable.

El pasado sábado fue un día muy especial, pues mis padres hacían sus Bodas de Oro. Esperábamos el día llenos de emoción y cariño. Mi hermano y yo llevábamos preparándolo desde hace tres meses.

Queríamos que fuera una sorpresa para ellos, e intentar lograr que mis padres no sospecharan nada. No ha sido fácil mantener el secreto, pero finalmente conseguimos que no se dieran cuenta de nada. Mi hermano fingió que se le había olvidado el día y que además había adquirido un compromiso previo y no tenía más remedio que asistir. Mis padres se desilusionaron un poco, pero quedamos en que el domingo ellos vendrían e iriamos juntos a comer.

Para animar a mis padres les dije que aunque el domingo celebráramos sus bodas de oro con mi hermano y su familia, nosotros íbamos a disfrutar ese día juntos desde por la mañana. Así lo hicimos. Salimos temprano, desayunamos en una localidad cercana y durante la mañana visitamos algunos lugares hermosos e interesantes de la Sierra Norte de Sevilla. Lo teníamos todo calculado para hacer tiempo y llegar justo a las dos de la tarde al cortijo que habíamos contratado mi hermano y yo con antelación para el almuerzo.

Habíamos quedado con todos a la una y media de la tarde en el cortijo, para cuando nosotros llegáramos a las dos estuvieran allí. Mi marido y yo les dijimos a mis padres que nos habían recomendado el lugar y que ya que pasábamos y era la hora de almorzar, podíamos parar y tomar algo.

No podéis imaginar la cara que se les quedó a mis padres, cuando entraron en el salón que teníamos concertado y al grito de "sorpresa" les recibieron los familiares que más quieren, entre ellos por supuesto mi hermano.

La emoción, alegría y cariño lo impregnaba todo y vivimos momentos emocionantes y muy emotivos, principalmente cuando les leí una poesía que les había escrito sobre los momentos más importantes de su vida, agradeciéndoles todo lo que hacen cada día por nosotros y los padres tan excepcionales que siempre han sido. El tiempo parecía haberse detenido, con la poesía nos emocionamos todos, hice verdaderos esfuerzos para contener en mis ojos las lágrimas, fue un momento mágico, hubo muchos besos, abrazos, lágrimas en los ojos...

Como os podéis imaginar hubo muchos regalos para ellos. La fotografía que veis es uno de los que le hicimos mi hermano y yo. Es un kit de Vervaco, nos gustó mucho y lo vimos muy apropiado para lo que celebrábamos. La foto la hice antes de enmarcarlo, ahora luce si cabe más bonito. Disfruté mucho mientras hice este kit, sobre todo imaginándome como iba a trascurrir ese día. He de decir que afortunadamente la realidad superó a mi imaginación con creces.

Regresamos a casa justo al atardecer, embriagados por la mágia y la belleza de aquel día. Todavía teníamos impregnadas en nuestras pupilas las caras de los que logramos reunirnos para tal ocasión y de los hermosos momentos que habíamos vivido.

Aunque nosotros, gracias al aire acondicionado, no habíamos notado nada, el día había sido de lo más caluroso. Pero como casi siempre ocurre en la sierra, se levantó una brisa agradable y subimos a la azotea a disfrutar de ella.

Allí nos esperaba una sorpresa llena de belleza. Bajo el marco incomparable de la Sierra Norte (Sevilla), el sol alcanzaba un nuevo día el ocaso, tiñendo a su paso las nubes de ocre y de un vivo amarillo oro.

Nos quedamos contemplando admirados el espectáculo que la naturaleza nos ofrecía. Parecía que el cielo también se nos unía y felicitaba a mis padres, vistiéndose de galas doradas para celebrar, obsequiándoles con tan bella despedida en el día de sus Bodas de Oro.

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