Escapando de lo cotidiano.

El pasado miércoles, junto con mi amiga Manoli del blog: "Mis proyectos adorados" asistimos a una bonita exposición, en la casa de la cultura de Dos Hermanas (Sevilla). La exposición se desarrollaba a lo largo de tres salas, en ellas se exhibían diferentes manualidades y labores, realizadas en los diferentes talleres que tienen lugar durante el año. En la fotografía podéis ver la fachada principal de la casa de la cultura.

Nosotras aprovechamos para pasar el día juntas, disfrutar de nuestra amistad, observar con detalle los trabajos expuestos, pasear por las calles de Dos Hermanas y realizar algunas compras. Fue una experiencia muy bonita que estamos deseando repetir.

La Casa de la Cultura está situada dentro de un precioso y romántico parque llamado: "La Alquería del Pilar". El edificio es un hermoso palacete del siglo XIX, que según nos comentaron perteneció a la familia Ibarra.

Decidimos salir tempranito para saborear la mañana y así huir un poco del calor que ya empieza a notarse. Finalmente acertamos pues nos acompañó una brisa fresca, el parque estaba tranquilo y daba gusto caminar por él, sentarse en un banco junto al gorgoteo del agua de las fuentes, escuchar el piar de los pájaros. Estas gallinitas guineanas fueron nuestras fieles compañeras durante nuestro paseo.

Casi enfrente de la casa de la cultura, se encuentra esta magnífica escultura de Don Juan Tenorio, realizada por el insigne imaginero Sebastián Santos Rojas. Fue donada en el año 2.007 por su hijo y desde entonces es uno de los elementos que orlan este parque.

Entre los bellos rincones del parque, destaca esta fuente cuyo motivo escultórico principal es una aguadora. Me hizo recordar a algunas de las mujeres que conocí de niña y que iban a la fuente con sus cantaras a coger el agua para el día, pues en muchas casas aún no había agua corriente. Recuerdo sus charlas animadas y también el cansancio acumulado en sus rostros, por realizar esta pesada labor varias veces al día.

En el interior de la casa de la cultura, nos dedicamos a disfrutar de las obras expuestas. La primera sala estaba dedicada a diferentes manualidades como decoración de tejas, pintura en tela, decoupage, estaño, tocados, carey......

Este es uno de los abanicos que se exhibían en la exposición, dentro de su abaniquera. Me gustó mucho el diseño y el degradado de los colores.

Había manualidades muy originales, creativas e ingeniosas. Me pareció curioso observar como cualquier objeto puede ser trasformado, con un pequeño detalle, en algo muy diferente.

La siguiente sala era la antigua capilla familiar del palacete. Aún conservaba la forma del abside donde estuvo el altar, así como una hermosa techumbre de madera en forma de barco invertido.

Justo en la antesala de la capilla se encontraba una muestra de mobiliario restaurado en uno de los talleres. Las sillas, el baúl y sobre todo el refregador me hizo recordar algunos de los momentos vividos de niña con mis abuelos.

Por un momento me ví, en el patio junto a mi abuela, subida en una banquillo de corcho para poder llegar al pilón y poder restregar la ropa de mis muñecas en un refregador, ya gastado por el uso, igualito a este. La ropa no sé si quedaba muy límpia pero si os puedo decir que yo acababa empapada con la espuma entre mis rizos, pero feliz de jugar con mi abuela.

Ya dentro de la antigua capilla pudimos deleitarnos con los diferentes quilts y obras de patchwork. Admiramos las telas, el trabajo y comentamos los detalles que más nos llamaron la atención.

También nos obsequiaban con otras técnicas y trabajos en punto de cruz, encaje de bolillos, fieltro........La cajita forrada y los acericos fueron un dulce deleite que inundó nuestros sentidos.

La mariposa de la fotografía formaba parte de un curioso camino de mesa. También había pequeñas labores llenas de detalles como el guarda-clinex, las agendas y libretas forradas.

Esta muñequita llena de encanto, no nos quitaba ojo mientras tejía muy afanosa sin perder un sólo punto.

Se notaba que acababa de empezar el verano por las preciosas camisetas aplicadas a festón y los collares y llaveros de alegre colorido veraniego.

En un extremo había una pequeña muestra de costura, vestiditos para niñas, trajes, faldas, chaquetas.......

En la tercera sala se podía contemplar diferentes obras pictóricas, así como algunas trabajos realizados en cerámica.

De entre todos los lienzos este fue el que más me cautivó. Quizás por el ambiente en el que se desarrolla, la luz, el crepitar de la chimenea, la perfección del rostro de la mujer más joven o lo enfrascadas que están en la labor.

Cuando finalizamos la visita a la exposición nos fuimos a recorrer las calles de Dos Hermanas. Me encantó la Plaza de la Constitución, así como las calles aledañas.

La plaza está presidida por un lado por el edificio del ayuntamiento, de primeros del siglo XX. Por otro lado la Iglesia Parroquial de Santa Mª Magdalena del siglo XVII y en el centro unos preciosa fuente rodeada de unos jardines.

Tuvimos la suerte de encontrar la iglesia de Santa Mª Magdalena abierta y así poder admirar su arquitectura, sus numerosos retablos y esculturas de gran valor histórico artístico. Una de las capillas que más valor tiene es la del Sagrario, con frescos y pinturas relacionadas con la Virgen Santa Mª de Valme.

Dió la casualidad que aquel día era el treinta y siete aniversario de la coronación de la Nuestra Señora de Valme., protectora de Dos Hermanas y patrona del ayuntamiento. Por ese motivo estaba situada en el altar mayor de la parroquia. La imagen me cautivó, es una talla gótica fechada en el siglo XIII.

Una señora muy amable nos explicó la historia de la Virgen y su relación con Dos Hermanas. Según nos dijo, la tradicción histórica sitúan al Rey Fernando III y su ejercito en las inmediaciones de Dos Hermanas, sitiando la ciudad de Sevilla para arrebatársela a los musulmanes y poder conquistarla.

Parece ser que el agua empezaba a excasear y tanto el rey como sus huestes se sentían agotados y sedientos por el fragor de la batalla. Uno de aquellos días al regresar el rey de la batalla, se postró ante una imagen de la Virgen que siempre llevaba consigo y comenzó a orar y pedirle ayuda con estas palabras ¡Valeme, Señora, Valeme!. Justo de estas palabras, con el tiempo, derivó el nombre de la Virgen.

El rey le ofrece a la Virgen que si le auxila en la batalla y consige ganarla le haría construir en aquel lugar un santuario donde venerarían su imagen. Tras la oración clavó su espada desesperado en el suelo y en aquel momento empezó a brotar un manantial de agua donde su ejercito pudo calmar su sed. Al lugar se le conoce como Fuente del Rey.

Seguimos nuestro camino paseando por las calles y plazas de Dos Hermanas, realizando algunas compras que no teníamos proyectadas, pero que ante tantas cosas bonitas.......acabamos picando.

Almorzamos juntas y pasamos parte de la tarde entre comentarios sobre lo que habíamos visto, confidencias y risas. Hasta que regresamos juntas, con ganas de repetir de nuevo la experiencia y contentas por haber compartido un hermoso día, mientras escapábamos de lo cotidiano.