Casualidad.

Hace unos días estuve comprando en una papelería unos cuadernos de dibujos, ceras y lápices de colores para mi sobrino, pintar es lo que más le gusta y le entretiene.

Mientras esperaba que me tocara, una señora estaba comprando papel de arroz, servilletas y papel especial para decoupage, cuando llegó mi turno le pregunté a la dependienta para qué servían esos papeles, me dijo que para muchas cosas, entre ellas para hacer bandejas de cristal, me explicó que había dos técnicas y fue tan amable que me apuntó los pasos a seguir.

A los pocos días de aquello, adquirí las bandejas y los materiales. LLevaba días queriendo hacer las bandejas hasta que por fin me aventuré sin saber cómo saldrían y aquí están.

La primera que hice fue la azul, ya sabéis que este color me pierde, las realicé con la técnica de la servilleta y barniz, muy sencillita.

Las otras dos van a juego, me gustó más la técnica que la anterior, algo más elaborada.

Las hice pensando en la madre de mi marido, que es un encanto y siempre me ha querido y me quiere como si fuera su hija. Tiene unas cortinas muy parecidas en el salón de su casa de color champagne, con unas bonitas rosas dispersas y quería sorprenderla y regalárselas. El paño de ganchillo que se ve debajo de las bandejas que van a juego me lo regaló ella, con mucho cariño, hace algunos años.

Mi marido se las lleva esta tarde, sólo deseo que le guste. Lástima que se me pasó hacerle una fotografía a la bandeja de mayor tamaño.

Estoy segura que tienen muchos errores, espero con el tiempo mejorar la técnica. Es un trabajo fácil que se disfruta mucho, las tres las hice en un ratito libre que tuve en el momento del día que más me gusta: el atardecer.

Qué paséis un fin de semana muy feliz.