La Navidad de antaño.

Es tradición y costumbre felicitar en estas fechas a familiares y amigos y así trasmitir nuestros buenos deseos de dicha para ellos y sus seres queridos.

Esta mañana caminaba por las calles cercanas a mi hogar, sumergida en el rumor del agua de la lluvia y en mis pensamientos, cuando me llamó la atención la actitud de los viandantes y vecinos con los que coincidía.

Casi todos al cruzarse en la acera, intercambiaban las típicas frases de esta época. Pero las decían y las correspondían sin pensar, como robotizados, sin pararse realmente a saludar a esa persona y saber qué tal está o cómo la trata la vida.

Incluso me sorprendí a mí misma respondiendo con una de esas frases prefabricadas y sin meditar un momento en lo que decía. Parece que tenemos en nuestro cerebro un "chip", que reaciona instintivamente, contestando con palabras o frases preconcebidas, para al segundo siguiente volvernos a sumergir en nuestros pensamientos.

Este hecho me hizo reflexionar, en que cada vez, somos más individualistas y sólo pensamos en nosotros mismos. Miro a mi alrededor en estos momentos y no me gusta en lo que muchos han convertido esta festividad, en puro consumismo y frivolidad. Parece que desconocen el valor que realmente tiene la "Navidad" y la han trasformado en "Vanidad".

A veces me parece que todo es como una lucha en poseer lo mejor para estos días, la inigualable comida de empresa, el traje más hermoso, los zapatos más caros, el marisco más suculento, los dulces más esquisitos, los adornos más llamativos, los regalos más originales...... Está bien que queramos lo mejor para los que amamos, pero a veces nos olvidamos que lo importante es estar todos juntos, disfrutar con Paz y Amor de nuestros seres queridos y de su inestimable compañía.

No es que no tenga lo que llaman: "Espiritu Navideño", sólo es que huyo de los tópicos impuestos. Deseo que regresemos a las navidades de antaño, donde importaban las personas y disfrutabas esos días de las visitas de vecinos, amigos y familiares, daba igual el lugar y las circustancias que lo rodearan, sólo importaba el corazón y la buena compañía.

Quiero que no sólo en esta festividad tengamos buenos sentimientos y deseos para con los demás, sino que se haga extensible para el resto de nuestros días.

Desde lo más profundo de mi corazón, siempre os deseo lo mejor. Que viváis la Navidad y el resto de los días de la manera que queráis, si eso os proporciona la felicidad que buscáis para vosotros y para los que más amáis. !Feliz Navidad!