De vuelta a casa.

Tras dos circuitos por Castilla y León (España), llegué a casa el dos de octubre. El día de vuelta se me hizo eterno, tuve que hacer trasbordo de un tren regional al tren Ave que me llevaría definitivamente a mi amada Sevilla. Durante el viaje, salvo el trasbordo de estaciones y trenes, el traqueteo del tren me hacía soñar a veces despierta y a veces dormida. El sueño que más se repetía era el más anhelado, llegar a casa estar con mi marido y mi familia y dejar en un rincón olvidadas, de momento, las maletas. Ese sueño se cumplió e incluso antes de lo que yo creía, llegué a casa que me pareció el mejor lugar del mundo y tras disfrutar de mi familia, comencé a pensar en lo que iba a hacer al día siguiente, tenía mil y una cosas por hacer, así que muy decidida puse el reloj a las nueve de la mañana.....no sé como pude levantarme a las nueve y media porque la mañana trascurrió en una febril batalla entre cuerpo y mente, la mente quería estar ativa pero el cuerpo quería y pedía a voces descansar, así que tras una dura batalla durante el almuerzo ganó con gran ventaja el cuerpo, ya que la mente no recuerda exactamente si llegó a terminar el almuerzo o cayó fulminada ante la gran victoria del cuerpo. Pasé toda la tarde y noche dormida hasta que me desperté cerca de las nueve de la mañana del día siguiente, sin saber ciertamente donde estaba. Cuando tomé conciencia de que estaba en mi casa..... la gran pregunta fue ¿como llegué a la cama?. Durante la mañana de ayer no tuve más tiempo ni cabeza que para deshacer las maletas, ordenar, limpiar y poner lavadoras,.....por la tarde intenté encender el Pc. pero parecía que estaba muy agusto apagado y no deseaba trabajar, finalmente ví unos cables en el suelo que con la limpieza se habían soltado, asi que definitivamente pude encenderlo y tras actualizar el antivirus y hacer un análisis del sistema, el Pc comenzó a funcionar con normalidad, aunque ya era la hora de cenar y no me dió tiempo para más. Ahora que tuve un ratillo me he asomado a esta ventanita para deciros que os he echado de menos y que lamento que mi intelecto no de, por hoy, para más sólo para contaros mi regreso y el dulce sueño de estar ya en mi hogar de nuevo. Espero mañana poder contaros mejores sueños.